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KEEP CALM and GO BAREFOOT

miércoles, 27 de abril de 2011

Y llegó el gran día...

Según dicen, la noche pre-primer maratón no se suele dormir mucho, ya que la inquietud el nerviosismo y las ganas por empezar te tienen en vilo . Yo al contrario, sería por el viaje desde Algeciras (700Km) o por lo que fuese, pero me metí en la cama y dormí como los ángeles. A las 6 sonó el despertador y a desayunar, los comedores estaban atestados de corredores, que ambiente más bonito, menudo desayuno que se mete la gente, me quedé asombrado. Yo un zumito, cafetito con leche, cereales, un Kiwi y un pastelito que tampoco está nada mal para lo habitual. Termino y vuelvo a la habitación, empiezo con el ritual de masaje en los gemelos (crema musculito de Gibraltar) y me dispongo a coger el bus de la organización que nos lleva a Recoletos, conozco a dos chicos de León y entablamos una pequeña conversación muy agradable de toda esta historia. Tardamos 10 minutos en llegar, por todas las calles se ven ríos de corredores que van desembocando en Cibeles. Me llama Juan Carlos y me dice que ya está en la zona del café Gijón que es donde habíamos fijado el punto de reunión, me dirijo y me lo encuentro con su familia y mi hijo mayor que se había quedado a dormir con el suyo. Nos quedamos maravillado del ambiente, miles de corredores por todos lados, colas interminables para arriar liquido en las cabina instaladas, los globos de los promedios preparado y todo listo para el debut. Me doy mi último masaje en los gemelos y a hacer el paseíllo. Nos colocamos bastante atrás en la salida, Recoletos parecía la marabunta que de gente Dios mío. Nos deseamos suerte y a esperar el pistoletazo de salida. Activo mi GPS para llevar el ritmo controlado, habíamos planificado ir a 5,30 el Km. para intentar terminar sobre las 4 horas, pero el muy cabroncete me falla, solo funciona el crono, me dan ganas de estrellarlo, la solución es hacer un reset, pero solo quedan un par de minutos para la salida y desisto ya que es algo latoso y no hay tiempo. Pues nada el ritmo lo iremos recalculando según vayamos devorando kms. No escuchamos el disparo de salida pero empezamos a avanzar señal de que el Mapoma ha empezado. Pasa bastante tiempo hasta que pasamos por el arco de la salida, le doy al crono y a correr se ha dicho. Impresionante la sensación de ir con tanta gente, el ritmo es muy lento ya que es imposible hacerlo más rápido. Disfrutando como un chiquillo el día de reyes nos dirigimos en continua subida por la Castellana, que bonito está todo, la gente gastando bromas, chistes por doquier (se nota que acabamos de salir) y en fin, hasta el momento todo divino. Divisamos el Bernabéu y cuando lo pasamos giramos a la derecha, en este momento se bifurca la carrera por el arco de la derecha pasan los de 10 Km. y el resto seguimos por el otro, la carrera discurre por una avenida paralela a la castellana hasta la plaza Cuzco en la que volvemos de nuevo. Continuamos con la ligera subida y continuamente adelantando corredores, vemos a dos gaditanos creo del club Olimpo y nos saludamos, pero….. mira mira, me dice Juan Carlos, un corredor vestido de novia, con el velo y el ramo correspondiente, ahora sí, sin depilar las patas…, se oyen varios “ vivan los novios”, me acerco y le pregunto ¿ y el novio?, el corredor que iba al lado me dice pues aquí estoy, que arte…. Vemos el poster del Km.5, el crono nos marca 34 minutos, perfecto todo va bien. Asaltamos el primer avituallamiento y seguimos ya casi entrando en la Plaza de Castilla dejando definitivamente la Castellana, a partir de aquí nos encontramos bastante menos gente animando, entramos en el paseo de la Habana, zona residencial, avenida Pio XII y príncipe de Vergara que es donde alcanzamos los 10 Km., segundo avituallamiento y el crono marcando menos de una hora, según mis cálculos vamos de maravilla, hace algún tiempo que vamos a la velocidad de crucero, adelantamos al globo de 4:30. Continua el disfrute que nos brinda Madrid, pasamos por Velázquez en dirección a cuatro Caminos, seguimos a un ritmo fantástico el cual nos permite ir manteniendo conversación. En el Km 15, me paro para beber un vaso de isotónico y al arrancar noto un pinchazo en el glúteo derecho que me llega hasta la cadera, se me pasa de todo por la cabeza, es el dolor ciático que me había estado dando la lata desde una semana atrás, el ritmo es muy bueno incluso superior al del Km. 10, pero me entran las dudas, de momento no es dolor sino una molestia, por esta zona de nuevo empieza a haber animación, son calles no muy anchas y vamos pasando por un gentío que no para de animar. Al pasar por Fuencarral veo una chica con una bandeja de pestiños entre el público, vaya detallazo, me dan ganas de coger uno, pero desisto, no vayamos a liarla que todo va muy bien. Enfilamos para el centro histórico de Madrid, me dice Juan Carlos, “ ahora viene lo bueno” y le digo pues nada a comernos Madrid. Entramos en Gran Vía la expectación va creciendo, muchísima gente animando, pancartas de todas clases y los pelos de puntas, entramos por Preciados rumbo a la Puerta del Sol, quien me lo iba a decir hace unos meses, que espectáculo, todo para nosotros el pasillo se estrecha y casi siento el aliento de la gente en la cara, tenemos que ir casi en fila, que emocionante, la entrada en la calle Mayor es impresionante, casi se me saltan las lagrimas de todo lo que estamos viviendo. Todo continua a las mil maravillas aunque de vez en cuando las molestias vuelven a aparecer, me auto motivo y me digo a mi mismo” si haces tres semanas no podías ni andar por culpa del gemelo, te vas a asustar de este insignificante cosquilleo” y adelante, mi compi Juan Carlos va muy fresco y me anima. Seguimos comiéndonos kilómetros y pasamos por el túnel de la discordia, que pena que nos desviaran por culpa de la procesión y no se pasara por el palacio Real, en el interior se arma un cachondeo de aúpa, todo el mundo cantando, gritando y aprovechando para arriar liquido. Entramos en Ferraz y divisamos los 20Km. pasamos a 1:47 y menudo subidón, vamos a coronar la media en menos de dos horas, estamos dentro del objetivo. la pasamos a 1:54 todo marcha y además ni nos hemos enterado, continuamos hidratándonos abundantemente en todos los puesto y esto nos da mucha frescura. Las caras de la gente ya no se ven con tantas sonrisas y hay bastantes menos comentarios entre los corredores, los Kms. empiezan a hacer pupa, bastante gente se para en el arco de la medía, al parecer es lo que muchos tenían previsto. A partir de aquí comenzamos algunas bajadas, al pasar por Príncipe Pio la expectación era grandiosa. Pasamos por el Km. 25 y decidimos tomarnos un gel, parece que hace su efecto y nos disponemos a entrar en la casa de campo, la animación decrece bastante y es la zona más monótona del maratón. Hay un tramo sobre el Km.28 que ves pasar a los que van por el Km 30. Nos pasa un grupo y uno nos dice “con lo bien que se tiene que estar ahora en la playita de Algeciras” y le decimos “ qué razón tienes macho, pero aquí tampoco se está tan mal.
Sobre el Km. 32 ya con la Casa de Campo conquistada empieza mi calvario particular, las molestias no son tales ya hay un dolor importante que se me irradia a la zona de la cadera y me hace aflojar el ritmo, voy mal, aunque las fuerzas no me abandonan, continúo con un ritmo algo cansino hasta el puente de San Isidro. Sobre el 34 el dolor es intenso y voy un poco escorado para evitarlo, Juan Carlos va bien y le animo a apretar, le digo que no se preocupe y que nos vemos en la meta. Yo continuo a mi bola, por esta zona se pasa por el Calderón, Templo Sagrado colchonero que ni lo veo, me concentro en seguir y seguir. La animación aumenta, mucha gente dando animo, me adelanta un corredor y me dice “venga Algeciras que no se diga”, cojo aire y me animo, trato de no pensar en el dolor pero no hay forma, en este tramo se ve cantidad de gente andando, estirando y muy castigada (el famoso MURO) cada vez voy peor, el dolor es intensísimo y se me pasa por la cabeza ir andando un poco para ver si se me calma, pero decido que no, me acuerdo de una frase que me gusta mucho (nunca se ha escrito nada de ningún cobarde) y continuo devorando Kms. Del 36 al 38 pasan relativamente rápido ya que la gente te va llevando en volandas, a partir de aquí creo que empieza la última y más cruel de las subidas, son 3 Km. que me cuestan muchísimo, me duele mucho la zona de la cadera, hace mucho calor y las fuerzas van ya muy justas. Una señora me dice que ya he ganado solo por llegar hasta aquí, veo dos ambulancias a toda velocidad y con las sirenas a tope, mucha gente que no pueden ni caminar . Se me pasa de todo por la cabeza, ya lo tienes, eres un campeón, la gente no para de alentar y de ayudar, increíble, siento una mezcla de sufrimiento y alegría que no se puede describí, solo quiero llegar y llegar. Veo la puerta de Alcalá, ya no queda nada, antes de la salida le dije a mi hijo que cuando quedara un Km. le llamaría para que me sacara fotos en la meta, pero no puedo, quiero guardar las fuerzas para el final. Por fin entro en el Retiro ya lo tengo, a lo lejos veo el arco de la meta, intento vivir el momento disfrutar a tope, pero me cuesta. Por fin y tras 4:12:57 paro el crono y paso por meta, levanto lo brazos y se me hace un nudo en la garganta, he vencido al Mapoma, una experiencia aterradora y maravillosa a la vez, que muy poco entienden. Juan Carlos entra en meta con 03:59, menudo carrerón. Al cruzar la meta me atiende un voluntario y me comenta que como estoy, le digo que listo de papeles, se ríe y me da una botella de isotónico que me sabe a gloria, me dirijo a una zona de sombra donde había una silla y me acomodo, respiro y que satisfacción más grande, lo he conseguido. Llamo a mi mujer, a mi hermana a mi hijo. Un corredor que estaba al lado me da una botella para que se la abra, ya que no tiene fuerzas, maldice al maratón y dice que quien le mandaría a él a correrlo, que es algo inhumano y un sacrificio muy grande, le animo y le digo que el año que viene seguro que lo corre. Me levanto para reunirme con mi hijo y ahora es cuando realmente aparece el Muro, imposible andar, la pierna derecha se me ha quedado bloqueada, que sensación más mala, no puedo andar, jamás me había pasado. Una voluntaria me ve y me atiende le digo lo que me pasa y me dice que me espere que va por una silla de ruedas, vienen dos enfermeros y me llevan al hospital de campaña. Me acuesto en una camilla con mucho sacrificio y una fisio muy amable me atiende. Aquello parecía la guerra, todas las camillas ocupadas, varios corredores con el gotero puesto, en frente veo a un señor que le conectan un aparato y le ponen unas ventosas en el pecho, otros totalmente deshidratados y agotados, en fin un poema. Al final me dan unos buenos masajes me toman la tensión y me dan una ampolla para que me la beba y a recuperar. Estuve sobre 45 minutos, comí una barrita y me dijeron que era una contractura muy fuerte del piramidal. Con dificultad llegué al hotel y a descansar. El año que viene volveré a ganarle al Mapoma “ Lo tengo clasisimo”.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy chula la cronica. Me alegro que conquistaras el Mapoma. Saludo

Franfri dijo...

Enhorabuena por el logro y por la crónica. Uno más al grupo de los piraos que corren maratones. Yo trataré de desquitarme el año que viene de un desencuentro con el Marasevi. Ya veremos.

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