.

.
KEEP CALM and GO BAREFOOT

martes, 27 de agosto de 2013

Gibraltar, Gibraltar....



Toc, Toc, se puede…. Pues si, ya estoy de nuevo por aquí.  Después de estas vacaciones que le he querido dar a este humilde blog, que no a mí, vuelvo,  no con la forma que me hubiese gustado después del verano, sino con algunos problemillas que me he buscado yo solito. Hace dos meses que  terminé la temporada y me propuse que  el parón estival lo tenía que aprovechar para recuperarme y empezar pasado el verano con más fuerza y con una recuperación casi total. Pero nada más lejos de la realidad, seguí  entrenando y no bajé el ritmo. La causa, pueden ser varias, la estupenda inercia que arrastraba en cuanto a la forma y que no quería perder y sobre todo ese afán que tenemos los populares que cuando estás tres días sin correr, te subes por las paredes. Y que pasó, pues que en plenas vacaciones una mañana saltaron las alarmas, una rotura fibrilar en el aductor izquierdo me dejó clavado.  Según el fisio,  fuerte contractura en toda la zona superior de la pierna.  Solución, parar y recuperar, no quedaba otra. Y así casi tres semanas en el dique seco sin hacer nada. Desde entonces he salido un par de veces, pero con molestias, voy a mejor pero aun queda. 


Pero ayer mis compis organizaron una salida que me atraía mucho. Gibraltar, había que conquistar de nuevo la Roca  que nos usurparon los piratas ya hace mucho tiempo, y que en la actualidad está en pleno estado de ebullición por las noticias conocidas por todos.   No me pude resistir, el deber  me llamaba. Muy temprano allí estábamos los cinco magníficos, Manolo, Miguel, Jorge y Miguelón cruzando la frontera, con nuestra bandera  bien escondida, para no levantar ninguna sospecha al pasar por delante de las extrañas  miradas de la Royal Gigraltar Police.




 El objetivo no era otro que pasar un rato divertido en un entorno diferente.  Lo primero que nos encontramos es el aeropuerto el cual cruzamos con un ritmo muy vivo, para adentrarnos  en la zona urbana. Pasamos por uno de los túneles que dan acceso al casco antiguo y nos adentramos en la calle principal, donde  abundan los comercios (Main street), la calle real para los españoles.  Casi nadie por la zona, solo algunos paseantes que nos miran con asombro, como diciendo donde irán esta gente.  Al terminar la calle, llegamos al cementerio de Trafalgar, muy curioso pues se encuentra en pleno casco urbano. A partir de aquí cambia el panorama, ya es todo subida hasta el final. Las rampas son impresionantes y hay zonas que casi es imposible correr por el desnivel.  Ya por aquí los chistes y las bromas son menos, cada uno va a lo suyo intentando no dejar de correr que ya es bastante. Solo paramos para beber algo y hacernos algunas fotos. Y así poco a poco le vamos ganando terreno a la subida y llegamos a la cima después de un esfuerzo brutal. Han sido 5 Km. de subida sin tregua con un desnivel de más de 400 m. Ya en todo lo alto nos hacemos varias fotos  algo comprometidas con nuestra bandera en la batería O’Hara, una descomunal pieza de artillería que se instaló en la segunda guerra mundial y que está en el punto más alto de la roca a 450 m. Curiosamente no vimos a ningún mono, algo muy raro pues siempre están por esta zona. Después de recuperar fuerzas, empezamos el retorno por la cara Este, por unas interminables escaleras  labradas en las misma rocas y en donde era imposible correr. Y así llegamos de nuevo a la zona peatonal, cruzamos el aeropuerto y pasamos la frontera sin novedad. Han sido algo más de 12 km. en la que hemos disfrutado como niños. Desayuno en La Línea y para casa.  Todo perfecto salvo que terminé algo cogido, pero mereció la pena ya que Gibraltar volvió a ser Español por un  par de hora. Habrá que repetir.