Según dice el rico
refranero español, más vale maña que fuerza. Quizás es lo que me estoy
aplicando este verano. Con estos calores que nos están consumiendo casi es imposible
dedicarle el tiempo necesario para
empezar a preparar la temporada.
Poco a poco el verano va pasando y ya no queda más remedio
que empezar a trabajar en serio de cara a los próximos retos. Ya no hay escusas y no se le puede echar la
culpa al calor para no entrenar. En
Julio en lo que a mí respecta fue un mes bastante flojo, pocas salidas y mucha
relajación. Pero Agosto ya es otra cosa, aunque el calor sigue siendo fiel compañero,
mis salidas tienen más continuidad, más kilómetros y más durezas. Continuo con
la fórmula que me ha dado siempre un buen resultado, un día bici de montaña y
otro a correr. Últimamente estoy
metiendo muchas cuestas y sobre todo mucha media montaña para ir haciéndome al
ultra que correré en Octubre. Pero ya me
apetecía pincharme un dorsal, pues desde Junio no lo hacía, y que mejor
ocasión que correr en Facinas.
Facinas es una pequeña pedanía de Tarifa, donde cada año se celebran una prueba estival para disfrute de
todos los aficionados ávidos de empezar a participar en carreras.
Ayer fue la cuarta edición. Allí nos reunimos algo menos de 200 corredores
con unas tremendas ganas de correr. En esta ocasión me acompañaron mis
compañeros Miguel y Jorge dos auténticos todoterrenos.
Como no podía ser de otra forma al estar tan cerca de Tarifa,
el fuerte viento de levante nos acompañó en todo el recorrido. Un hándicap importante
para una prueba rapidísima y de solo seis kilómetros, todo lo contrario para los aficionados al kitesurf que para
ellos es gloria bendita.
Y allí estábamos, la carrera discurría en casi todo su trazado
por caminos con bastantes ondulaciones donde había que tener bastante cuidado con las torceduras.
A las diez en punto pistoletazo y a correr.
Ya echaba de menos ese gustillo que sentimos en los prolegómenos de cualquier
carrera. Salida rapidísima, las pulsaciones por las nubes y a apretar los dientes,
no quedaba otra. Los dos primeros kilómetros se me hicieron duros, pero conforme
fue avanzando la carrera empecé a sentirme mejor y terminé con muy buenas
sensaciones y muy contento con el tiempo empleado.
Al final paré el crono en 26:02 completando los casi seis kilómetros
del recorrido a un ritmo de 4:35, Jorge
25:37 y Miguel 23:47, hizo pódium quedando
segundo en su categoría, todo un
campeón.
Todos muy contentos y después de correr llegó lo mejor, un
buen chapuzón en la piscina del pueblo y varios zumos de cebada para celebrar
sobre todo el buen puesto de Miguel.
Se presenta un otoño ilusionante cargado de pruebas, Habrá
que seguir con las rutinas de siempre.