Si tienes miedo de fallar, probablemente falles. Es lo que me
planteaba en cierto modo hace ya algún tiempo cuando decidí cambiar de camino.
Todo ha tenido una justificación, no ha sido por capricho, pero lo que tengo
clarísimo que la elección ha sido la correcta. Solo puedo hablar de
satisfacciones y de todo lo positivo que me ha reportado el minimalismo.
El domingo se disputo la ya clásica carrera popular de Algeciras.
Es una prueba que aunque me gusta mucho, no es la que me va mejor
por mi forma de correr, prefiero distancias más largas.
Tenía dudas si correrla con las huaraches o descalzo, había
algunas zonas del recorrido, sobre todo al principio y al final, que el asfaltó
estaba bastante desgatado lo que suponía un hándicap importante para mis pies
si pretendía llevar un ritmo vivo.
Al final me decidí por hacerla descalzo. Es como mejor me
siento, no se pueden describir las sensaciones. La percepción natural con el
entorno es algo mágico en cada pisada, que te va cargando de una energía
especial. Evidentemente también están esas piedrecillas que de vez en cuando te
vas clavando pero que no suponen ningún inconveniente ya que el pie reacciona a
la perfección.
Mucha animación como siempre y gran participación de corredores de
mi club. Pistoletazo y a correr. El primer kilometro es en continua subida.
Empecé con fuerza, me encontraba bien y fui adelantando a bastante corredores,
ya que salí casi de los últimos. A partir de aquí, el recorrido se suavizaba bastante. Cada vez
me iba encontrando mejor, los pies de maravilla y el ritmo de lujo para ir
descalzo. Llegamos al paseo marítimo y ya la carrera iba bastante estirada.
Continuaba con unas magnificas sensaciones, iba viviendo y disfrutando a tope
todo el recorrido. De vez en cuando escuchaba algunos comentarios de la
gente extrañadas al verme descalzo, tenían toda la razón, no es
normal ver a alguien corriendo de este modo.
La ultima cuesta es la que antecede a la meta, justo antes de
llegar al estadio, donde había que dar una vuelta a las pistas antes de cruzar el arco. Por aquí, empecé a notar un pequeño bajón que lo superé
nada más entrar, adelantando a
varios corredores sobre el tartam.
Al final me marcó el crono 30,54 a un ritmo medio de 4,28 el km.
Muy contento terminé. Los pies perfectos y unas sensaciones increíbles durante
toda la carrera. Más tarde me enteré que había conseguido ser tercero en mi categoría,
lo que ya fue el remate del día.
Contentísimo de mi primer pódium
descalcista y sobre todo agradecer las muestras de animó y de cariño de tantos
amigos y compañeros. Seguiremos avanzando en este mundillo del minimalismo del que cada vez me siento más y mejor corredor.
1 comentario:
Eres el puto amo ángel , descalzo 😂😂😂😂 y subiendo al podium 👏👏👏👏👏👏, un. Fuerte abrazo amigo
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