Me encontraba muy contento los últimos días pues el dichoso gemelo se estaba comportando como un campeón, aunque, siempre hay un “pero”. El miércoles en el trabajo realicé un esfuerzo que no lo tenía que haber hecho. Sentí un pequeño pinchazo en el glúteo derecho que me recordó unas dolencias que tuve hace muchos años en el nervio ciático, no le di mayor importancia.
El sábado temprano, carretera y manta rumbo a los Madriles, salimos tempranito pues mi intención era la de llegar con suficiente tiempo para visitar la feria del corredor.
En plena ruta me llama Juan Carlos que viajó un día antes y me pone los dientes largos, “ no veas el ambientazo que hay por aquí, está todo a tope, cantidad de stands de todas las firmas deportivas y mogollón de gente”. Me comenta que ya ha recogido el dorsal (7437) y la bolsa, que viene regular (no se han esmerado los del Mapoma). Al final llegamos a Madrid a las 4, ya casi no merece la pena visitar la feria, quedo con Juan Carlos y su familia y nos vamos a los alrededores del Bernabeu para ver el ambiente pre-partido del clásico. Los niños querían entrar en la tienda oficial del Real Madrid, que dicho sea de paso estaba como el Corte Ingles el primer día de las rebajas, qué de gente…. Yo por mi condición de colchonero me repele todo lo blanco, pero que le vamos hacer, a aguantar el tirón. Mi familia continúa rumbo a Palencia, lugar de vacaciones y yo con la luz roja encendida decido irme a descansar. Tuve suerte y pude reservar en el hotel de la organización, cuando llego ambiente fenomenal, por todos lados gente en chándal y mucho morenito con una planta impresionante, todo fibra y ni un ápice de grasa, menudos ejemplares, y uno con 20 Kg. más.
Decido cenar en una pizzería en la misma calle, por supuesto estaba llena de corredores atiborrándose de pasta y llenando los depósitos de combustible. Me siento al lado de un granadino que me comenta que ya lleva 20 maratones y que está preparando la subida al Veleta. Le digo que yo debuto en la distancia y me anima y me desanima a la vez, me dice que es una carrera preciosa para debutar, pero también, por el recorrido, muy dura. Me aconseja que llegue sobrado a la Medía que ese es el secreto para vencer. Terminan de cenar, nos deseamos suerte y se sienta a mi lado un señor de Albacete ya metiditos en años, también es su primer maratón, me dice que tiene una espina clavada con el mapoma, ya que hace varios años después de completar la preparación del maratón, se hizo un reconocimiento médico y en vez de correrlo, lo mandaron al cardiólogo, pues tenía un problema en el corazón y le tuvieron que poner un muelle en uno de los conductos. Y aquí estaba el tío con dos kojo…. totalmente recuperado y dispuesto a comerse los 42.195. Que tendrá toda esta historia del Running que la gente llega hasta límites increíbles solo por correr y terminar, que valienteeeeeeeeeee.
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