Cuenta la leyenda,
que una noche ancestral, la Luna bajó a la tierra y se quedó enredada entre las
ramas de un árbol. En ese momento apareció un lobo y la empezó a acariciar con
su hocico y jugaron toda la noche, hasta que ella volvió al cielo y el lobo al
bosque, y esta, le robó la sombra al cánido para recordarle para siempre. Y él
desde entonces, le aúlla en las noches de luna llena para pedirle que se la
devuelva.
Ayer
fue una de esa noche de verano en la que una ligera brisa de
levante refrescaba el ambiente y nos animaba a disfrutar de una movida
que hace algún tiempo teníamos en mente. Sobre las 10 de la noche quedé con Manolo, Felix y Antonio y pusimos rumbo al
Parque de los Alcornocales. Teníamos
algunas dudas en cuanto a elegir el recorrido, pero al final, decidimos correr
por las Corzas. Este es un sendero que
atraviesa la parte más meridional del parque y discurre entre la periferia de
Algeciras hasta el límite del término de Tarifa. El recorrido completo es de
21Km. pero nosotros solo llegamos hasta la mitad y nos dimos la vuelta, para que
fuese un recorrido circular y así terminar en el punto de partida. La noche prometía,
la luna llena en todo lo alto y un
silencio abrumador envolvía todo a
nuestro alrededor. Allí estábamos los cuatro, impacientes, con nuestros
frontales y cargado de una extraña sensación que nos invadía por hacer algo fuera de lo cotidiano y nuevo
para nosotros
Las primeras rampas fueron bastantes llevaderas y hasta el tercer km. no empieza el
desnivel que hace de este recorrido uno de los más exigente de la zona. Nos
proponemos llevar un ritmo tranquilo,
pues nuestra falta de experiencia en este tipo de salida nocturna nos podía pasar factura.
Pero nada de nada, empezamos con un ritmo muy vivo y fuimos devorando km. poco
a poco y disfrutando de la inmensa oscuridad que nos rodeaba. La
humedad era altisima y curiosamente delante
de nuestros ojos se distinguían unas minúsculas gotas de rocío gracias a la luz de los frontales. Cuando el garmin marca 11,2 Km. llegamos al
primer mirador, las vistas son impresionantes, a lo lejos se divisa un maremágnum
de luces que inundan el campo de Gibraltar.
Nos comemos unas barritas y comenzamos a volver, el descenso es espectacular con algún que otro tropezón, afortunadamente sin consecuencia. Al final
llegamos al punto de salidas totalmente exhausto pero muy contento. En total
han sido 22,2 Km de carrera continua en algo más de dos horas y en la que hemos
superado un desnivel de 370 m. Ha sido
una tirada fabulosa, genial, irrepetible, me faltan adjetivos para describir lo
que hemos sentido. Tendremos que
repetir, no solo por lo vivido, sino
porque no nos podemos permití que nuestros
compis J. Carlos y Miguelon que por motivos
varios no hayan podido venir, se pierdan este tipo de vivencia. Hay que
destacar a Antonio que se comportó como un campeón en este tipo de terreno
nuevo para él.
