Pues sí, otro año más volvimos a Sevilla y van unos cuantos. Como dijo el célebre Zatopek: si quieres correr, corre un kilómetro. Si quieres experimentar una vida total diferente, corre un maratón. En esta reflexión el atleta checo dejaba claro que correr un maratón es vivir una experiencia inolvidable donde nos enfrentamos a un enemigo al que una vez vencido desata nuestras emociones. Correr un maratón es algo más que correr, aunque los que no están en estos mundillos es difícil que lo entiendan.
Como en las últimas ediciones mi compi Javi y Yo nos presentamos en Sevilla. Que locura, hace mucho que nos contagiamos de esta fantástica enfermedad y de la que no nos queremos curar nunca. Mientras tengamos fuerzas, hablo por los dos, estaremos por aquí.
Y allí estábamos, con nuestras limitaciones,
nuestros miedos y con ese stress precarrera que siempre se tiene cuando tenemos
por delante este desafío.
Este año me encontraba con sensaciones
contradictorias. Había entrenado muy bien hasta principio de enero y a partir
de aquí, casi todo se había torcido. El trabajo y sobre todo, una gripe casi
incurable me había dejado postrado en un pozo del que no había forma de salir.
Han sido muchos días sin entrenar, las tiradas han lucido por su ausencia y a
las pocas salidas a las que me atreví a
enfrentarme, me hacían retroceder en vez de avanzas.
Pero no había escusas, teníamos que estar y así
fue. Que salía bien, pues fantástico, que se daba mal, pues a sufrir y a
intentar llegar lo más dignamente posible y así cumplir con nuestro compromiso
y no defraudar a nuestro primo Filipides.
Fantástica mañana, la temperatura ideal y todo perfecto
para correr. Sevilla nunca defrauda a su maratón y siempre arropa en lo
climatológico a sus corredores.
Como siempre un ambientazo increíble en el paseo de las delicias. Doce mil almas revoloteando por toda la zona, transformaban la salida en un inmenso laberinto de colores donde todos los corazoncitos cada vez más, se aceleraban en la cuenta atrás, donde el speaker se dejaba la garganta.
Las mariposas como siempre haciendo de las suyas en el estómago, los vellos de punta y a correr. Me había colocado con el dorsal naranja en el cajón de 3:15 – 3:30. Sabía de antemano que esa posición no se correspondía con mi estado de forma, pero lo escogí meses atrás cuando hice la inscripción, tomando como referencia la marca del año anterior que fue 3:21.
Salida multitudinaria, casi imposible correr al
principio. No se formó ningún tapón por la amplitud de la avenida, pero hasta
que no se estiró la carrera no pude empezar a apretar.
Nada más salir, empecé como siempre a autoconvencerme de que todo tenía que ir bien. Muscularmente me encontraba perfecto sin ninguna molestia, cosa rara y con muchas ganas de disfrutar y pasarlo bien. Mi intención era de ir a un ritmo alegrote pero conservando la mecánica y conforme fuesen pasando los kilómetros ya iría viendo. Había que gestionar la carrera a la defensiva y con mucha cabeza.
Nada más pasar el km. cinco comenta un corredor, "vamos a 4:42", joder fenomenal. Me encontraba muy bien y además el ritmo era perfecto. Había decidido no mirar el garmin, para no tener que ir haciendo las típicas cábalas. El comentario me animó, pensaba que no iba tan bien. Me regalé una gominola y a continuar. El siguiente objetivo era el diez, llegó casi sin darme cuenta. Las sensaciones seguían siendo muy positivas, continuaba muy cómodo y disfrutando a lo grande. Como siempre en todos los avituallamientos me paraba y bebía. Aunque parezca mentira aún no he aprendido a beber corriendo. No perdoné ni un solo puesto. Y a por la media maratón. Paso el arco en 1:42. Subidón, iba bastante bien y ya me había cepillado la mitad, ahora a descontar, empezaba lo complicado. El siguiente objetivo el campo del Betis sobre el km. treinta y dos. Antes de llegar al estadio, empiezo a notar los primeros síntomas de cansancio, me tomo un Totum y una barrita y al ataque. A partir de aquí empieza la Palmera. Este tramo como siempre se me hace interminable, es una recta que no tiene final. Me cuesta superarla, pero al fin y afortunadamente entramos en la Plaza de España. Extraordinaria la animación, el gentío impresionante, cantidad de personas animando y los vellos de puntas. El pasar por esta zona es como recibí un auténtico bálsamo, se flota en vez de correr, es sin duda la zona más bonita con diferencia de todo el recorrido. Las fuerzas ya van justas, pasamos por Ronda de Capuchinos y la Macarena. Aunque muscularmente voy muy entero, cada vez voy más lento. Noto que continuamente me van adelantando corredores, mala señal. De vez en cuando intento unirme a algún grupo, pero me es imposible. Sin duda voy pagando la falta de entrenamiento, pero ya casi está. Veo la Torre de los Perdigones, lo que indica que entramos en el autentico centro de Sevilla. Ya no queda nada, hay que seguir. La alameda de Hércules como siempre super animadísima, calle Tetuán y por fin La Catedral y la Giralda. Ya lo tengo, se que lo voy a conseguir. Como siempre empiezo a emocionarme, saco fuerzas de donde no hay y al terminar Reyes Católicos, empiezo a oler la meta. La megafonía a cañón, veo el arco y aprieto los dientes, intento esprintar, pero imposible. Voy justísimos y por fin una eclosión de satisfacción me invade. Cruzo el arco y las inevitables lagrimillas empiezan a brota. El ultimo kilometro lo he sufrido y disfrutado a la vez.
Ha sido un maratón durísimo en su segunda
mitad, pero el objetivo lo he más que cumplido. He vencido de nuevo al maratón
y eso para mi es lo importante. Al final los 3:35 me parecen un marcón. Recojo
la medalla, las pertinentes fotos para el posterior postureo y se acabó. Ha sido mi decimo cuarto maratón. Me
he divertido, lo he disfrutado y lo he sufrido, ha sido un increíble carrusel de emociones. Creo que como siempre ha sido
duro, aunque esta vez ha costado más de la cuenta llegar. Mis pies fenomenales, curiosamente no he visto a ningún corredor con sandalias este año. Mi amigo Javier, también
venció a Filipides y sumó su enésima maratón. El año que viene volveremos, no
tenemos la menor dudas e intentaremos ganar
otra vez nuestra carrera favorita….